En esta entrada trataré de describir el primer concurso de pintura al aire libre en el que he participado.
Su emplazamiento está cerca de el pueblo de mi madre, y no fue muy difícil encontrarlo. Teníamos que estar allí el 10 de Agosto a las nueve de la mañana para sellar el cuadro, pera luego devolverlo a las tres de la tarde. Por lo tanto disponía de toda la mañana para hacer un cuadro decente, porque desde luego, no creía tener oportunidad de ganar.
Mi cuadro respondía a las medidas mínimas de 50x70, y era un papel Canson ya que pretendía hacerlo a pastel. Antes del concurso me pareció una opción muy lógica, ya que tengo bastante dominio del pastel, pero después me di cuenta que para ese tipo de concursos, no es una buena técnica; ya que se trabaja con mucha lentitud, y los resultados no son del todo perfectos.
La escasa práctica con el dibujo al natural me dificultó mucho el trabajo, tardando mucho en cosas superfluas y necesitando más tiempo para la perspectiva y el color en general. Todo eso se tradujo en estrés y dolor de cabeza, además de estar a pleno sol.
Fue un alivio sin duda que mi madre, que me acompañó todo el tiempo, se preocupara porque no me deshidratara y tuviera una superficie cómoda para dibujar.
El sitio que elegí estaba a la entrada del pueblo.
Cuando dejamos el cuadro nos fuimos a al pueblo de mi madre y descansamos hasta las seis, que fue cuando el jurado emitió su veredicto.
Lamentablemente, como era de esperar, no gané; pero me quedé con una experiencia muy valiosa.
A continuación os dejo algunas fotos:
Las dos primeras son del mío.
Las dos siguientes de los que más me gustaron:
Esta última es la foto oficial de los cuadros ganadores:
¡¡Un saludo!!
